Install Steam
login
|
language
简体中文 (Simplified Chinese)
繁體中文 (Traditional Chinese)
日本語 (Japanese)
한국어 (Korean)
ไทย (Thai)
Български (Bulgarian)
Čeština (Czech)
Dansk (Danish)
Deutsch (German)
Español - España (Spanish - Spain)
Español - Latinoamérica (Spanish - Latin America)
Ελληνικά (Greek)
Français (French)
Italiano (Italian)
Bahasa Indonesia (Indonesian)
Magyar (Hungarian)
Nederlands (Dutch)
Norsk (Norwegian)
Polski (Polish)
Português (Portuguese - Portugal)
Português - Brasil (Portuguese - Brazil)
Română (Romanian)
Русский (Russian)
Suomi (Finnish)
Svenska (Swedish)
Türkçe (Turkish)
Tiếng Việt (Vietnamese)
Українська (Ukrainian)
Report a translation problem
una lucha de catorce años, cuya grandeza y sacrificio el mundo exterior no puede
imaginar. Todo lo que hemos ambicionado, nuestras predicciones y profecías, son ya
realidad; la hora en que el pueblo alemán vuelve en sí, nuevamente torna a ser dueño de
su propio destino, y se levanta, no por donación del mundo, por gracia de nuestros
enemigos, sino por su propia fuerza, por su propia voluntad, por su propia acción.
Hay algo maravilloso en este movimiento y su desarrollo característico, nacido de lo
profundo de la aflicción de la guerra, y de la mayor desgracia de la decadencia alemana,
antes una idea, hoy una realidad.
Es maravilloso volver a recordar el camino que recorrió la idea de este movimiento
hasta llegar a la realización actual. Es también a veces necesario recordar este camino a
fin de tomar de él experiencias para el camino venidero.